Yo no tengo un imperio que ponerte a los pies,
Soy de la calle y todo lo que ves,
No tengo palacios ni coches
Solo pensiones y mal de amores.
Cada día que bajo a la mina,
Pienso en ti y me juego la vida,
El sonido del pico y la pala,
Intentan acallar a este canalla
Maldito él, maldita su vida
Que tonto fui en ese día.
Ahora me lamento y lloro,
Ríos de hollín y polvo,
Surcos negros en mi cara,
Como recordatorios de mi mala fama,
¿Y ahora que me espera?
Nada mas que morirme de pena,
Te fuiste para no volver
Y lo único que me quedó
Fueron las ganas de llamarte amor.
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